jueves, 14 de febrero de 2013

San Valentín. Another reflexión profunda del maestro Filósofes

Salvo que tengas diecialgo y te sientas tortolito primerizo en época de maduración (en cuyo caso deberías estar arreglando el mundo en lugar de leer esto), creo que este es el peor día para expresar a tu media fruta cosquilleos en el estómago, mariposas, u otros desequilibrios del aparato digestivo. Grandes y pequeños almacenes ya se han encargado en días de resaca rebajera de que cualquier gesto resulte superficial, obvio, capaz de banalizar algo que sí está ahí el resto de los días. Sí, mi teoría es que San Valentín perjudica seriamente la salud de las parejas. Es como intentar sorprender a tu hijo con un regalo el día de Reyes Magos. Es como contar un chiste cuando te piden que cuentes un chiste. Es como ir al Mcdonadls a que te sorprenda el chef. Es como poner al Barça para ver un partido "jugado de poder a poder". Es como absurdo. Una ilusión que hoy, y solo hoy, es mentira.

En fin, si como demuestra algún estudio de alguna universidad (la de Michigan sin ir más cerca) las pilas de la pareja se cargan con lo inesperado (por supuesto, también cariño, comprensión, apoyo, sentido del humor, planes... todos nos sabemos la teoría), yo espero a mañana para celebrar que no es San Valentín, y preparar a mi media fruta una cena suculenta que no provoque desequilibrios en su aparato digestivo.

PD: vaya, espero que no lea esto y se me joda la sorpresa...




1 comentario:

  1. Pues si perjudica seriamente la salud de los que estáis felizmente emparejados, imagínate cómo perjudica a la de los que estamos desparejados...

    Seguro que tienes sorpresa, no sufras

    ResponderEliminar