jueves, 18 de junio de 2015

La Búsqueda

No es fácil empezar a escribir un post después de 16 meses, pero más difícil se hace ver que el mismo texto se arruga con el tiempo, como si ya fuera un vestigio de épocas en que pellizcaba la actualidad y mantenía el teclado caliente
Ahora no hace falta pellizcar la actualidad porque se burla de sí misma: Esperanza Aguirre es la caricatura de Esperanza Aguirre, la crisis se ha solucionado sin que casi nada haya cambiado, los políticos buscan en lo más recóndito de la mina para encontrar algo que brille entre tanta mediocridad, y así su excesiva mente…
Seré honesto: gracias a esa pereza camuflada en falta de tiempo, te guardé el luto que mereces, Paco. Más incluso que tu hijo, ganador de un goya con “La búsqueda” (Gracias Curro). Y aquí, sí me quiero detener.
La búsqueda es puro gozo. Un canto a la inspiración. Deja un poso pletórico, de un artista capaz de crear su propia felicidad. Pero más allá de una vida digna de culto, lo que más me ha llegado es que nunca he visto expresar con tanta nitidez lo que significa eso, la palabra inspiración. Inspiración es sorprenderse a uno mismo. Darte cuenta de que no hay metas ni límites. Comprobar que puedes sorprenderte a ti mismo es una sacudida emocional que por un momento te convierte en el tipo más feliz en varios kilómetros a la redonda, y el tipo más exigente contigo mismo el resto de tu vida (y aquí, amigos, se originan no pocas frustraciones…).
Creo que Paco nunca dejó de sorprenderse a sí mismo. Un artista así siempre está en el mejor momento de su carrera. Y en el fondo, ese es el mensaje que quiero dejar: hagas lo que hagas, gústate. Pero no te engañes: solo si eres exigente contigo, podrás sonreírte por dentro (nada más lejos que dar consejos: simplemente, me lo tengo que recordar vecencuando)
Y a ti, seguidor/a, si te he despertado, prometo no esperar 16 meses más.

Un guiño.