viernes, 18 de diciembre de 2015

ERECCIONES GENITALES 2015

Caí en la tentación. Pese a la mediocridad de los últimos años, salpicada por ilusionistas y toques exóticos, el escaparate de la política electoral (términos tan contradictorios como representativos del circo mediático) me ha puesto cachondo hasta resultar demasiado tentador para este humilde yonki de la ironía.

Primero, porque me resisto a no sacar punta a eso que llaman debates, y a las súplicas electorales que sonrojan a los tipos tímidos como yo. Y será así, en frío y en reposo. Una cosa son las ocurrencias de twitter (absolutamente sublime y demoledor estos días) y otra es su poquito de reflexión con barra libre de caracteres por delante (disculpad si me adorno)

Y segundo. No por estar más convencido resultas más convincente (si no, mi profesión no existiría, y me habría dedicado a vivir, que es lo que de verdad me gusta). Toda esa gente que lleva sus ideales, visiones y opiniones tatuadas a fuego, y que a su vez quieren acaparar e inclinar las redes hacia una corriente de pensamiento favorable ("no me creo que seais tan gilipollas de votar a ..." y demás lindezas reconciliadoras), deben entender que no opinar no es estar de acuerdo. No opinar es, sencillamente, no opinar. En la mayoría de los casos, porque no me sale de los huevos tener que estar dando explicaciones a alguien que no va a hacer el menor esfuerzo de comprensión. Cansa. Y no está la cosa como para derrochar neurona...

Todavía no sé si los debates se justifican como servicio público o como una oportunidad para batir records de audiencia. Si optamos por servicio público, ¿Por qué no se da la oportunidad a la gente de votar qué candidato quiere que vaya? En EEUU se celebra en febrero el all star game. Un partido de baloncesto entre los mejores jugadores de la liga elegidos por los aficionados. La votación comienza varios meses antes y ya es parte del espectáculo. Después, el éxito está garantizado año tras año porque están los que la gente quiere que estén.

Y si nos inclinamos por audiencia, ¿Por qué políticos? ¿Por qué no debaten Fernando Arrabal y Sergio Ramos? ¿Por qué no Leticia Sabater y un ornitorrinco? Y en ese caso, ¿Por qué no todas las semanas? ¿Por qué no montamos el circo de verdad? Si según los expertos en comunicación, la valoración del debate se decide en un 70% por el continente (salidas de guión, ocurrencias, expresión no verbal, presencia...) y 30% por el contenido, ¿qué sentido tiene debatir? Seamos sinceros, a la gente se la suda lo que propongan fulano y mengano en un debate. Si de verdad interesa, consultan el programa electoral (o esa caja con lazo donde se envuelve la ambición).

Me voy a los 4 candidatos. Pedro Sánchez. No soporto a Pedro Sánchez. No es creíble, no es natural (entiéndase como natural ser uno mismo, más que ser megamajete y repartir sonrisas incrustadas). Me parece un tipo al que en la mayoría de las situaciones se le nota forzado. Con poca gracia, previsible, y lejano cuando intenta mostrarse cercano. Desconfío, tengo la sensación de que le mueve cierto rencor, que está demasiado presionado por su partido (pese al empeño, todavía relacionado con vieja política de apego al cargo y no al servicio), que no es la persona que vemos, y que es, con diferencia, el que peor esconde su ambición. Creo que estuvo tremendamente condicionado en el debate con Rajoy, con gesto y mensaje impostado (por ejemplo, recurriendo en cada intervención al "creo honestamente que..." se consigue el efecto contrario). En definitiva, me pareció que dijo lo que tenía que decir (no lo que él creía que debía decir), y de esta manera evidenció una falta de personalidad que no se corresponde con las aspiraciones. Todo eso le llevó a la táctica de las patadas para interrumpir el partido constantemente hasta convertirlo en un espactáculo desagradable.

Rajoy. Hay dos cosas que descalifican a Rajoy antes de empezar el partido (y ninguna de ellas es su gestión, aunque sea manifiestamente mejorable)
1. Mirar para otro lado.
2. La Falta de sensibilidad.

1.Cuando entras en casa y no huele bien, tienes que limpiar, sacar la basura, e incluso desinfectar. Si no lo haces corres el riesgo de estar deslegitimado para otras muchas cosas. Quizás no le pareció una prioridad (quizás temió perder apoyos, liderazgo, etc), y prefirió mejorar los números, pero si uno tiene voluntad y equipo puede hacer varias cosas a la vez. No solo es cuestión de corrupción (a día de hoy, el PP todavía apesta porque la mentalidad de la vieja política lleva tantos años que seguirá dejando un reguero de casos), también es cuestión de eso tan de moda que llaman ejemplaridad: políticos mediocres de partido (no de calle) como Cospedal que han llegado a tener cuatro sueldos, la visita de Rato al despacho del ministro del interior (esto me pareció especialmente repugnante), las vacaiones del ministro Soria y Wert en Punta Cana, pagadas por el complejo hotelero al que Soria concedió una licencia ilegal...  en fin, asquete.

En cuanto a gestión, supongo que es lo que había que hacer, pero si todo es cuestión de números y las decisiones se toman desde fuera, mi madre está tan preparada para gobernar como el señor Rajoy. Por cierto, los números también se consiguen reformando la admisnistración, pero eso da más pereza...

2. Lo de la falta de sensibilidad me ha parecido más doloroso. Desde hace unos meses siempre hay alguien del PP que se encarga de recordarnos casi a diario que "hemos salido de la crisis" (sí, sí, que "hemos salido", no que "estamos saliendo"). Con casi 5 millones de parados, con más de 2 millones de asalariados que no llegan a fin de mes, con más de 2 millones de personas que no reciben ningún tipo de prestación, con más del 90% de contratos temporales, con casi 1,8 millones de hogares con todos sus miembros en paro, con un 41% de contribuyentes que cobraron menos de 12.000€ al años en 2014, con una tasa de ocupación inferior a 2011, con más de 1 millón y medio de "ni-nis" en edades comprendidas entre 16 y 29 años, con más de 500.000 españoles entre 18 y 35 años que han tenido que buscarse la vida en el extranjeto entre 2012 y el primer trimestre de 2014, con todo esto y mucho más, "hemos salido de la crisis". Que cualquiera de estas personas (entre las que me incluyo en algún caso) tenga que vivir su drama escuchando cómo se ponen medallas los responsables de la situación, es casi una provocación. Ha faltado cercanía, implicación, voluntad, valentía y, por supuesto, sensibilidad.

Pablo Iglesias. Con diferencia, el candidato más hábil, con más cintura, con mayor capacidad de improvisación en las distancias cortas, con mejor estilo dialéctico (cercano, sencillo, pero concreto, preciso y contundente sin caer en lo despectivo), con gran capacidad para infundir predisposición y compromiso...¿Entonces?
Quizás sea yo y no Pablo Iglesias, porque lo que me pasa es que NO CREO EN LAS IDEOLOGÍAS, y Podemos es el partido más atenazado/limitado/condicionado por su ideología. Algunos dirán, eso es "compromiso", lealtad a unos valores, a una forma de ser y hacer. Yo digo, es todo menos sentido común. Un país necesita las decisiones que necesita, no las que marca una ideología. En cualquier caso, me parece un tipo absolutamente necesario en un panorama político en blanco y negro.
Por otro lado, su partido está disgregado en candidaturas populares donde no parecen exigirse requisitos más allá de los ideológicos para formar gobierno. Lo digo porque algunos miembros de podemos, como la jefa de prensa de Pablo Iglesias, creen que todavía están en la cafetería de la facultad (por ejemplo, al llamar "putos fachas" a los franceses de la embajada que cantan la marsellesa en solidaridad con el atentado de París, o la cagada sin gracia de Monedero al insinuar el consumo de droga de Albert Rivera, o los chistes antisemitas de Zapata en twitter que, pese a tratarse de otros tiempos, hablan de la catadura moral del personaje...).
Otro detalle que me molesta especialmente: no sé si a Podemos le atribuyen o se atribuye la corriente de indignación del 15M. En los primeros días del 15M no había banderas, ni ideologías, ni siglas. Había, abogados, albañiles, autónomos, estudiantes...gente. Fue una expresión natural, espontánea, donde la calle quiso manifestar un rotundo "hastaloshuevos" ante una clase política empeñada en esconder la cabaeza frente a la desesperación, en politizar la justicia, en agarrarse a su mundo de privilegios, de hipocresía (la corrupción se intentaba tapar hasta que algún medio de comunicación demostraba la evidencia y los partidos se afanaban en denostar a los implicados). Después, el 15M se fue politizando con los días y aparecieron las banderas republicanas, las siglas sindicales, las consignas contra cargos y políticos concretos... y el 15M se jodió. Ahí empezaron a sentirse cómodos los primeros miembros de Podemos, pero sirvió para que algunos como yo, que estuvimos en los primeros días del 15M sin bandera ni ideología, dispuestos a hacer fuerza para cambiar las reglas, nos sintiéramos indignados con los indignados.
Ojo. Tampoco sé por donde pillar los coqueteos con los despropósitos del chavismo y el apoyo a bildu para gobernar en el ayuntamiento de Pamplona.
En definitiva, un gran candidato para un partido que todavía no sabe dónde está.

Albert Rivera. Creo que los tipos que se colocan constantemente el cuello de la camisa y los puños de la camisa por debajo de la chaqueta tienen un concepto demasiado alto de sí mismos. Quizás sea el candidato más preparado, incluso el más brillante. Quizás sus propuestas me parezcan las más razonables, y quizás muestre verdadera voluntad de regenarción democrática, pero creo que le falta humildad. Acapara un exceso de protagonismo en su partido (desconfía de su equipo?), y en cierto modo me parece comprensible: cuando habla algún miembro más allá de su equipo de confianza, me llevo las manos a la cabeza por la frivolidad y desconocimiento con que tratan temas tan delicados como la violencia de género (las explicaciones de su número 1 por Cantabria, Carlos Pracht, me han hecho sentir vergüenza ajena). Albert Rivera tiene que salir constantemente a matizar, a desmentir, a dar explicaciones... y eso, desgasta antes de empezar. ¿Por qué estos despropósitos en un partido que puede permitirse ser prudente y esperar a que los demás metan la pata? Tengo la sensación de que Ciudadanos es el saco donde van a parar tod@s aquellos que quieren entrar en política por entrar en política. Después, cuando hay cámaras y micrófonos, comprobamos que muchos de los novatos, sencillamente, no dan la talla. Supongo que el partido ha crecido más de lo que podía asimilar y que el tiempo hará una selección natural de sus bases. Pero hasta entonces, parece que hay demasiada distancia entre las expectativas del candidato, y las garantías de gestión y capacidad de convicción de su partido.

Conclusión? sí, la tengo. Pero me la guardo para el 20D. Lo que puedo prometer y prometo, es que no escribiré sobre política hasta dentro de 4 años (estoy hasta las urnas)
Gracias por leer hasta aquí.





2 comentarios:

  1. No lo podías haber resumido mejor. Ni el uno, ni el otro ni el de más allá. Hasta los 00 de la política.

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  2. Gracias Isi, yo habría puesto comillas en "resumido"... abrazo

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